Cuando llegó el 1900, Rusia mantenía un sistema social que promovía la desigualdad. Mantenía un sistema de clases sociales en el que una minoría privilegiada (la aristocracia y nobleza) gobernaba y el resto del país (“el pueblo llano”). La dinastía Romanov en el siglo XX estaba encabezada por el zar Nicolás II, su mujer Alejandra, sus hijas María, Olga, Tatiana y Anastasia, y su único hijo y heredero, Alexei. La zarina Alejandra se mostró completamente contraria a cualquier tipo de mejora en la vida del pueblo ruso que supusiera una reducción de sus privilegios. (estaba mas preocupada de pololear con su Gurú “Rasputin”).