Muchos abogados no hacen clientes nuevos. No ampliar la cartera de clientes es muy peligroso para un despacho, porque empodera en demasía a los que sí son clientes. Si tienes 100 clientes y uno te deja, puedes trabajar con perfecta normalidad. Pero si tienes 8 clientes fijos y uno de ellos se va, estamos en un verdadero problema para hacer las cuentas. Por lo tanto, un despacho promedio tiene que hacer esfuerzos comerciales incluso cuando parece que las cosas están bien. Hay que mirar a futuro y tomar acción. Siempre.