Lecturas obligatorias para 1º de ESO en IES Nº1 de Requena

Los casos del comisario Antonino, Samuel Bolín (Autor), Nino Velasco (Ilustrador)

Este libro incluye cuatro relatos policíacos que mantienen en todo momento el interés del lector. Dos hermanos ciegos en una inquietante mansión, la desaparición «imposible» de un valioso collar, un crimen que se lleva a cabo sin arma alguna, un secuestro sorprendente en una función de ópera... Junto a estos ambientes perfectamente captados, destaca la impulsiva personalidad del comisario Antonino y las impecables deducciones de su rival, el detective Alejandro Simón. La solución de los casos es siempre original y sorprendente. Misterio, suspense y unas pinceladas de humor hacen de la lectura de este libro una aventura apasionante.

Es una novela amena, podríamos decir que es una novela histórica, en ella se trata la época en la que los judíos fueron perseguidos por los alemanes nazis. Es una novela basada en un hecho real, es lo que le sucedió a la autora del libro, Judith Kerr, pero cambiando los personajes.
El libro está dividido en 24 capítulos, el lenguaje utilizado se entiende bastante bien, y me ha resultado muy amena su lectura, aunque la historia es bastante triste.

Luis Sepúlveda, a quien el público de lengua española ya conoce bien, tiene dos hijos muy jóvenes, a quienes llama «mis enanos» y a quienes prometió un día escribir una historia acerca de lo mal que gestionamos los humanos nuestro propio entorno, lesionando la naturaleza, que nos brinda tantos bienes, y de paso autolesionándonos sin piedad. Así nació Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar, que cuenta las aventuras de Zorbas, un gato «grande, negro y gordo» cuyo inquebrantable sentido del honor le conduce un día a comprometerse a criar un polluelo de gaviota. Su madre, una hermosa gaviota, atrapada por una ola de petróleo vertido en el mar por un buque varado, le deja en prenda a Zorbas, justo antes de morir, el huevo que acaba de poner. Zorbas, que es gato de palabra, cumplirá sus dos promesas: no sólo criará al polluelo, sino que le enseñará a volar. Los amigos de Zorbas, Secretario, Sabelotodo, Barlovento y Colonello, le ayudarán en una tarea que, como se verá, no es tan fácil como parece, y menos para una banda de gatos más acostumbrados a hacer frente a la dura vida en un puerto como el de Hamburgo que a hacer de padres de una cría de gaviota. . . Pensada en principio como un cuento para «enanos» Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar se dirige en realidad a todos aquellos que, chicos o mayores, no sólo disfrutan con las historias bien contadas que estimulan la imaginación y el ingenio, sino que, a la vez, aprenden a ver el mundo bajo una óptica distinta, conociéndolo mejor y, por lo tanto, amándolo y cuidándolo con más inteligencia.

Ana se traslada con sus padres a una aldea del Pirineo para pasar juntos las vacaciones de verano. Una vez allí, hace pronto amistad con un grupo de chicos: Nuria, Álex, Víctor, Jordi y Rafa. Juntos organizan excursiones por los alrededores. Rafa, el líder del grupo, muestra su inquietud por una serie de luces nocturnas que parpadean extrañamente en las ventanas de un viejo caserón abandonado. Ana y sus nuevos amigos visitan la casa para tratar de descubrir algún indicio que explique tan insólito fenómeno.

Ana y sus padres se han trasladado de vivienda. Han vendido el piso de Barcelona y comprado una bonita casa en una población de las afueras. La muchacha decide invitar a sus amigos, los que conoció en verano cuando desentrañaron el enigma de un viejo caserón.
El último en llegar a casa de Ana es su novio Rafa, y ella y el resto de chicos acuden a buscarlo a la parada del bus… Lo hacen por el camino del bosque, y también atravesando el bosque regresan todos a casa de la anfitriona. Se pierden, sin embargo, dan muchas vueltas y en un momento dado descubren entre le follaje cuatro cachorros de perro, mestizos, y abandonados en una caja de fruta de la que no pueden salir. Los chicos los recogen por humanidad pero por la noche alguien los roba…

Maíto era un niño gitano que vivía en un barrio de chabolas de Seseña. A veces le llamaban Panduro, como a su padre, el mote de la familia, del que Maíto estaba muy orgulloso. Maíto acudía cada día al colegio porque… al mediodía daban de comer. Era el favorito de Susana, la maestra; ella le cuidaba y a él le encantaban sus cuidados. Además compartían un secreto: el padre de Maito estaba en la cárcel. Por consejo de la maestra el niño comienza a escribir cartas a su padre. Las contestaciones llegan en forma de dibujos ya que Panduro no sabía escribir; unos dibujos que el niño traduce como si de palabras se tratara y a los que él responde de igual manera, para no hablar lenguajes distintos. Los dibujos se convierten entonces en un código secreto entre padre e hijo. Una comunicación sin normas, sin puntos ni comas, que se suceden cada semana.

Manolito Gafotas, como lo conocen todos en su barrio de Carabanchel (Alto), es un niño dicharachero que vive con sus padres, su abuelo Nicolás y su hermano pequeño, el Imbécil, y que siempre está dispuesto a contar su visión de las cosas. Junto a su mejor amigo, el Orejones López, y su mayor enemigo, el chulito Yihad, la vuelta al colegio Diego Velázquez se convierte en una aventura. La llegada de un nuevo compañero, Paquito Medina, una cita en el Árbol del Ahorcado con Susana o el cumpleaños más feliz del abuelo Nicolás son algunos de los acontecimientos memorables del primer libro de Manolito Gafotas.

Loella es una niña de 12 años, tiene el pelo largo, negro y con frecuencia se le enreda, por eso la gente la llaman Malos pelos, la conocen mejor por ese mote que por su propio nombre.
Es una niña que vive en el bosque junto a sus dos hermanitos mellizos Conrad y Rudolph.
Iris, su madre está trabajando en el extranjero por eso ella se hace cargo de sus dos hermanitos y su padre las abandonó cuando ella era muy pequeña, los mellizos son de otro padre que tampoco se sabe nada de él.
Así que Loella echando mucho de menos la figura paterna, hizo un espantapájaros, le colocó las ropas de su padre y en el tiempo malo le ponía un chubasquero.
Al espantapájaros le bautizó con el nombre de Papá Pelerín y para ella era muy importante.

El tema principal de la obra es la amistad, pero toca otros aspectos especialmente importantes en la adolescencia: autoestima, crecimiento, maduración, relaciones familiares y con los iguales, aficiones e intereses. Una adolescente inicia un ejercicio de escritura en el que narra sus vivencias en un período de tiempo en época actual. Es un modelo cercano al diario, con una estructura de seis capítulos encabezados con un título y equilibrados en extensión. Los personajes son comunes a los del entorno de un adolescente, y el autor huye de la mirada única y muestra actitudes contrapuestas en el entorno de la protagonista. El inicio es inteligente y cuenta con un buen cierre.

El libro narra, de una manera muy viva y con sencillez, la historia de un niño tuareg que vive como nómada en el desierto del Sáhara y que emigra con su padre a España para intentar mejorar sus condiciones de vida.

Fenris es un elfo muy especial. Tiene grandes poderes y, en las noches de luna llena, una fuerza inexplicable lo arrastra hasta convertirlo en un ser asombroso. El amor por Shi-Mae y su enfrentamiento con personajes poderosos en el Reino de los Elfos van a determinar su futuro. Aquí comienza su viaje hasta la Torre, situada en el Valle de los Lobos.

Dana, una joven granjera, es requerida por un misterioso Maestro y conducida a la Torre, en el remoto Valle de los Lobos. Tiempo atrás, la Torre fue una brillante escuela de alta hechicería, pero hoy apenas tres personas habitan en ella. Además del propio Maestro y de la cocinera, el único aprendiz que estudia en la Torre es un reservado elfo con un oscuro pasado. Pero la propia Dana también tiene secretos. A su lado está siempre Kai, su mejor amigo, su confidente, su protector… un muchacho a quien sólo ella puede ver. Mientras se inicia en los misterios de la magia ancestral de la Torre, Dana descubre que sobre el lugar pesa una antigua maldición…