Listly by Marian Ramos
Recorriendo los lugares más bellos de España, turísticos o no. Con la visión de un mochilero con libreta y cámara fotográfica.
¿Conocéis Alcoy?
La villa de Alcoy se encuentra situada en el interior de la provincia de Alicante. Rodeada de naturaleza está orgullosa de poseer dos Parques…
Asturias rebosa naturaleza por todos sus rincones. Desde las altas montañas, verdes valles, ríos caudalosos, bosques y verdes prados hasta la costa repleta d…
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La ciudad de Ávila, se encuentra en la Comunidad de Castilla León. Su ambiente, cualquier rincón, refleja el patrimonio, cultura, tradición, leyenda, histori…
¿Conocéis estas fiestas que se realizan en Teruel? Son preciosas. Un gran mercado medieval engalana esta bella ciudad. Todos los habitantes se disfrazan y cu…
Al sur de la provincia de Lugo se encuentra la población de O Incio, una villa entre la sierra del Courel y la Ribera Sacra. Sus paisajes son muy variados e…
Celebración de La Pascua en Valencia
Lunes de Pascua.
Es típico acudir al campo o a la playa a comer la mona. Este dulce es un panquemado con formas decorado…
Si nos adentramos en el interior de la provincia de Valencia buscando los lugares que conviven con el río Turia podemos encontrarnos con Chulilla, un auténtico pueblo serrano con un entorno natural espectacular. A tan solo 62 kilómetros de Valencia se halla un pueblo de casas blancas, encaramado a una montaña y que se asoma a las hoces del Turia.Antes de entrar en Chulilla ya nos podemos imaginar que nuestra experiencia va a resultar muy agradable. Situado en la ladera de una peña, ascendiendo en vertiginoso equilibrio hacia la cima que preside su castillo de origen árabe, su imagen resulta muy pintoresca, rodeada de increíbles paredes lisas, rojizas y que parecen estallar en colores de fuego a la caída del sol.Chulilla es un punto de atracción turística muy relevante en la Comunidad Valenciana pues su naturaleza la ha dotado de todo lo preciso para disfrutar de la escalada, del senderismo y cicloturismo. Pero Chulilla también ofrece al amante del turismo de relajación, un sencillo balneario de aguas termales a orillas del rio Turia que está rodeado de senderos para poder pasear y desconectar.Para los apasionados de los deportes, en Chulilla se encuentra la Escuela Internacional de Escalada. Existen más de 700 vías abiertas en la roca caliza de muy buena calidad.Pero aunque el reclamo natural tiene mucha importancia en esta villa, pasear por el pueblo no desmerece en absoluto su importancia turística. Y por eso, vamos a adentrarnos en sus calles, para caminar tranquilamente, tomándolo con calma y dirigiendo la vista hacia lo alto, hacia el castillo que la preside.Cuando nos acercamos al pueblo veremos que hay varios aparcamientos públicos gratuitos para dejar el coche. Y es que, solamente podremos circular con el vehículo por la calle principal que se interna en él. Tanto si accedemos por una o por otra parte del pueblo nos encontraremos con un semáforo que regula el paso, ya que hay tramos de la calle en la que solo cabe un coche. Si entramos viniendo desde Valencia, nada más pasar la plaza del pueblo veremos que también tenemos un cartel de aparcamiento a la derecha. Este es el único que se halla dentro del casco urbano.Una vez dejado el vehículo solo nos queda tomar cualquier calle que ascienda y dejarnos llevar por la orientación. Pasaremos por el horno que desprende olores muy apetecibles y por su Hotel el Pozo, un sencillo alojamiento donde podrás degustar la comida típica de la serranía. Merece la pena pasear tranquilos, cámara de fotografías en mano, por sus estrechos callejones blancos en los que en la mayoría no existen las aceras. Hay fuertes pendientes, calles que se unen a otras mediante escaleras o rampas y mucho silencio. Al fondo el rumor del rio y el olor a leña que nos aporta tranquilidad y sosiego.Dentro de ese laberinto blanco, las que están situadas en los extremos del pueblo, nos ofrecen unas bellas panorámicas de las paredes rocosas e, incluso, del valle del río. Otras, se hallan más guarecidas del clima y se concentran alrededor de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles con su alto campanario. Y al final, cuando el aliento casi nos falta y necesitamos respirar aire profundamente, nos espera la fortaleza de Chulilla. Sus ruinas que vigilan el valle y que podrían contar muchas leyendas de los sacerdotes que en ella permanecieron enclaustrados y murieron entre sus muros. Disfrutar de la tranquilidad, el paisaje y el murmullo del río, será nuestra recompensa final.
Esta preciosa Casona se encuentra situada en Junco, una pequeña aldea que, por su situación estratégica, es uno de los miradores más impresionantes hacia la desembocadura del río Sella.Desde la Casona Mirador del Sella lo puedes admirar y disfrutar todo: el mar Cantábrico, el río Sella y al fondo las montañas de los Picos de Europa. El bello pueblo de Ribadesella lo tienes a tan solo tres kilómetros de distancia.La Casona del Sella se encuentra en un montículo dominándolo todo entre prados verdes y bosques autóctonos. Desayunar en las temporadas que el clima lo permite pisando el césped y escuchando el rumor del agua es un pequeño placer que difícilmente podremos olvidar.La Casona del Sella es un edificio antiguo que ha sido restaurado. Se han conservado ciertos materiales de origen como las vigas de madera que le dan un encanto especial y mucha calidez al ambiente dentro del hotel. Sin embargo, han sabido conjugar lo rústico con la necesidad de proporcionar a los que hemos decidido alojarnos en una de sus habitaciones todas las comodidades que podamos necesitar.En cualquier habitación de La Casona podrás tener tu baño privado, la conexión a Internet, climatización y una televisión.Si el tiempo no nos permite disfrutar del exterior y del aire libre, podemos acudir al comedor para desayunar, pasar un buen rato en una sala con diferentes juegos y o buscar información de la zona en una pequeña biblioteca.No olvides visitar el bello pueblo de Ribadesella, Llanes y sus hermosas playas, la Cueva de Tito Bustillo, Covadonga, los Picos de Europa y el único pueblo de España que su acceso hay que realizarlo a través de una cueva: la Cuevona.
Hoy nos dirigimos hacia Játiva (Valencia), una ciudad con un gran legado histórico. Játiva se encuentra a tan solo 50 Km de la ciudad de Valencia y está decla…
Uno de esos rincones desconocidos para los visitantes es la Braña de Mumián que se encuentra en el apartado concejo de Somiedo; un lugar remoto, aislado por las montañas y embellecido por sus bosques y lagos. Si visitamos Somiedo podremos disfrutar por una parte de su belleza natural y, por la otra, de su tradición rural.Esta tierra nos ofrece a los amantes de la naturaleza lugares ideales para realizar senderismo y deportes de alta montaña. Sus espectaculares paisajes los podemos disfrutar en toda su plenitud durante el otoño, cuando los bosques caducifolios se engalanan de colorido ofreciendo ese aroma tan peculiar que nos ofrecen sus hojas caídas. Bosques de elegantes hayas, viejos robles y castaños que pintan de tonos anaranjados las montañas tapizadas de verde.Entre las brañas que se conservan en Somiedo se encuentran la Braña de Mumián. Aunque esta no es tan conocida como otras, la de Mumián tiene un encanto especial. Para muchos de los que hemos tenido la suerte de recorrerla, resulta muy especial por el entorno donde se encuentra y por las vistas que nos ofrece hacia el valle de Somiedo.A la Braña de Mumián se puede acceder por dos pueblos, bien por el Llamardal o por el Cueto de Buenamadre. Nosotros hemos realizado la ruta desde este último pueblo ya que nos la han recomendado así los aldeanos del lugar. Si llegamos simplemente a la Braña de Mumián y regresamos por el mismo camino habremos realizado unos siete kilómetros de ruta.Comenzamos a andar por la senda señalizada que sale desde la misma aldea y ascendemos rápidamente por el sendero lleno de musgo y helechos que nos lleva por la ladera de la montaña. Es una ascensión de unos 500 metros de desnivel que apenas notamos debido a la sorpresa del paisaje que nos ofrece el camino cuando hay algún claro hacia el valle.Nos adentraremos en un precioso bosque de hayas, sobrecogedor y lleno de colorido, cuyo uso está restringido (La Enraimada). Así que no debemos salirnos del sendero para hacer fotos y tenemos que respetar su silencio. La umbría que produce este rincón le da un toque especial a nuestra ruta. Ahora no podemos realizar instantáneas del paisaje de Somiedo, pero sí que podremos recrearnos con los troncos huecos llenos de musgo y líquenes o las hojas anaranjadas que hay caídas tapando el camino.Cuando lleguemos a las típicas fuentes abrevaderos sabremos que estamos muy cerca de la Braña de Mumián.Vemos que la braña es un conjunto de cabañas de piedra que tienen un curioso tejado hecho de vigas de madera cubiertas por escoba y paja. Dicen que estas techumbres aguantan perfectamente el peso de la nieve que se acumula durante los fríos inviernos.Las cabañas son rectangulares y cada una está rodeada de pastos dedicados a la siega. Cerca de ellas siempre hay una fuente abrevadero con agua que se utilizaba, antaño, para mantener fresca la leche de las vacas.Al lado de las cabañas se encuentran las cuadras donde guardaban el ganado durante la primavera y el otoño. Al lado de las cuadras, una pequeña habitación donde dormía el brañeiro. En el invierno, los granjeros bajaban las vacas al pueblo y durante el verano las subían a los pastos de mayor altitud.Después de descansar de la fuerte subida y de disfrutar de un entorno natural y rural muy bello, podremos seguir hacia el pueblo de Llamardal por un sendero muy estrecho que es utilizado por el ganado o regresar hacia el pueblo desde que hemos partido para realizar la ruta de la Braña de Mumián.
Dentro del Parque Nacional de Redes existen numerosas rutas bellísimas ideales para todos aquellos que disfrutan paseando por la naturaleza. Si además, deseáis una adaptada para hacer con los niños, de fácil andadura y que les encante por el ambiente que se recorre, podéis elegir la Cascada del Mongallu.Este camino les gustará ya que está plagado de densos bosques de hayas, viejos robles vacíos y retorcidos que parecen recién salidos de algún cuento de hadas y agua, mucho agua, con bonitos arroyos que tendrán que cruzar. Al final, tendrán su recompensa con la vista de una impresionante cascada que, muchos metros antes, avisa de su presencia, con su estremecedor sonido del agua en el silencio del bosque.La Cascada del Mongallu (Tabayón del Mongallu) es un impresionante salto de agua que se precipita al vacio con una caída de más de 150 metros en vertical. Este recorrido es de tipo circular.Comenzaremos nuestra ruta de unos seis kilómetros hasta la Cascada del Mongallu en el pequeño pueblo de Tarna. Encontraremos enseguida el inicio del camino que sale a la derecha del pueblo y está señalizado con los típicos carteles de madera.Partiremos por un calzada hormigonada que nos llevará hacia el cementerio. Andaremos por un tranquilo camino donde las hayas nos cobijarán y darán sombra en los meses de más calor.Cuando encontremos un cruce señalizado deberemos coger el de la derecha que nos llevará a la Cascada del Mongallu y nos adentrará en un denso bosque de hayas y robles viejos. Seguro que a los niños les encantará jugar a imaginarse figuras con los dos robles centenarios que se encuentran protegidos y vallados. Uno de ellos tiene un perímetro de tronco de más de nueve metros y el otro de más de siete. Son dos ejemplares monumentales ideales para hacerse fotografías con ellos.El camino comenzará a descender y poco a poco nos volveremos a internar en otro bello bosque. Cruzaremos el arroyo por un bonito puente de madera y seguiremos nuestro camino que ahora se abre a extensos prados verdes.Cuando volvamos a cruzar otro arroyo por un puente de madera comenzaremos a ver en el horizonte una curiosa montaña muy oscura llena de torreones de roca. Puede ser divertido jugar con los niños, mientras andamos, a imaginarse siluetas mágicas que salen de la montaña. Ya tenemos la Cascada del Mongallu cerca.Mientras seguimos descendiendo por los campos de pasto, comenzaremos a escuchar con mayor nitidez el sonido de las aguas que se precipitan al vacío. Por un sendero poco marcado comenzaremos a descender hacia la base de la cascada. Este es el tramo con algo de dificultad y con el que tenéis que estar pendientes de los niños y más si está mojado o está lloviendo.Aunque el camino lleva hasta la misma base de la cascada nosotros no pudimos acceder hasta ella ya que durante el camino nos sorprendió una fuerte tormenta que hizo que la tierra estuviera muy resbaladiza. De todas las formas, si comenzáis a bajar un poco podréis ver la cascada que forma un paisaje idílico que pocas rutas pueden enorgullecerse de tener.
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